Bio
Ignacio Iturria nació en Montevideo, Uruguay en 1949 en el seno de una familia de seis hermanos, pasó su infancia en el barrio del Cordón en una casa con el característico patio de claraboyas. Estudió ilustración publicitaria y diseño gráfico antes de dedicarse de lleno a la pintura y las bellas artes. El origen familiar de Iturria se remonta al País Vasco, en el norte de España.
En 1977, resuelto a ser pintor, viaja a Europa y reside muchos años en una ciudad de la costa mediterránea, cerca de Barcelona. Marcado por la sobriedad uruguaya, se encuentra allí con una vida festiva, con el color. Con otro idioma pictórico que había que aprender a hablar, para poder comunicarse. Son varios años de salidas y viajes de encuentro con nuevas pinturas, con nuevas personas, pero inevitablemente regresa a su tierra natal.
A través de los años, el arte de Iturria ha evolucionado de manera dramática desde los dibujos traviesos de sus primeros años de artista hasta las austeras y blanqueadas imágenes de su período español. Desde entonces, el artista ha desarrollado su estilo maduro, con un fuerte y personal vocabulario de colores terrosos y unos personajes de ensueño y fantasía, cargados de historia y provocadores de recuerdos, que hoy conocemos como el cuño indeleble de su arte poético y humanístico.
Iturria ha exhibido su trabajo a lo largo y ancho de América Central y del Sur, así como en Estados Unidos y Canadá, en Europa y en Japón. En 1995 ganó un importante premio en la Bienal de Venecia. Durante los últimos años, además de sus habituales exposiciones individuales y de grupo en las galerías de la Fundación Praxis en Nueva York y América del Sur, al igual que en las ferias de arte, la obra de Iturria ha sido objeto de exhibiciones individuales en la Sexta Bienal de La Habana, en el Museo de Arte Moderno de Bogotá, en el Museo de Las Américas de San Juan, Puerto Rico, en el Centro de arte Plug-In de Winnipeg, Canadá y en el Museo de Arte de North Dakota, entre otros.
En 1998 realizó una importante exposición de su obra que incluyó pinturas, esculturas y construcciones en técnica mixta, en el Museo de Bellas Artes de Buenos Aires. Muestra que viajó al Museo Rufino Tamayo de la Ciudad de México y luego en 1999, al Museo de Monterrey.
Desde la primera edición de la Feria Iberoamericana del Arte fia la obra de Iturria, se hizo familiar para el público caraqueño, convirtiéndolo en uno de sus favoritos.