Bio
El hombre del anillo, sale de las entrañas de la tierra trujillana, nació en 1922 en el sector El Corozo del Municipio Escuque, de nuestro Estado Trujillo, fueron sus padres Ana Maria Franco y Ramón Fernández, una familia dedicada a las labores agrícolas, su padre también se dedicaba a la albañilería, con él aprendió el uso de los materiales como la arena, el concreto, la piedra, la cabilla etc, los cuales utilizó mas tarde en su obra escultórica.
Cuando tenía 15 años, realizó su primera escultura en barro, era un muñeco, parecido a un hacendado de su tierra, que se llamaba Don Salomón, quien lo quiso meter preso porque lo consideraba una burla, su padre que algunas veces arreglaba como albañil, los patios de café de ese hacendado, tuvo que interceder en defensa de su hijo.
Entre 1948 y 1952 se dedicó con mayor tiempo a la creación artística, a la vez que se dedicaba a la venta de verduras en el mercado de Valera. Por allá en 1963, Fernández, como un gesto de solidaridad cultural y quizás para hacerse conocer como escultor, se le ocurrió regalarle una estatua de concreto al Liceo de Valera. Mas por ignorancia, que por otra cosa, los directores de entonces, rechazaron la donación del hombre que años después, en 1998, recibió EL PREMIO NACIONAL DE CULTURA POPULAR, otorgado por el Conac, El hombre del anillo, consideró la conducta de los profesores como un desprecio, y enfurecido, destruyó las figuras que antes había elaborado en concreto; como un gesto de protesta.
Antonio José Fernández, recibió influencia de Salvador Valero, otro artista trujillano, que se dedicaba al moldeado en cemento y a la pintura.
Refiere el critico de arte Juan Calzadilla, que por allá en el año 1965, el medico, escritor y pintor Carlos Contramaestre (1933-1996) , dizque “lo descubrió” en el Mercado de Valera. Es una afirmación que no se ajusta a la verdad, en primer lugar porque al “hombre del anillo”, no lo descubrió nadie, su arte popular ya corría por las vecindades trujillanas; en segundo lugar, el tal “descubridor”, ya lo conocía mucho tiempo antes, desde los años 50, cuando Carlos Contramaestre estudiaba medicina en la ULA, pues Contramaestre, inició su actividad expositiva en la AVP de Valera en el año 1951, con una colectiva con Salvador Valero (el único maestro de Fernández), con Marcos Miliani y Renzo Vestrini. Luego Contramaestre fue de 1959 a 1962 medico Rural en algunos pueblos de Trujillo, especialmente en Escuque, pueblo de origen de Fernández.
Lo que si hay que reconocer, es que el pintor Carlos Contramaestre, ideólogo y miembro activo en Caracas, del grupo y galería denominada “TECHO DE LA BALLENA”, fue quien le organizó en ese grupo, la exposición montada allí en 1965, que fue la primera exposición individual de nuestro paisano Antonio José Fernández.
El hombre del anillo, era un extraordinario pintor popular, un apasionado escultor, que trabajaba el cemento, coloreando alegremente sus figuras, realizaba creaciones en técnica mixta, utilizando desechos y papeles, tallaba las lajas de río, hacia bajorrelieves en madera, de los cuales quizás, la más importante, es un paritorio, que reposa en la Galería de Arte Nacional. Un día le dije a mi amigo “el señor Fernández”, como yo le decía: “yo quiero que me haga algo de su creación en una madera”, entonces me respondió “tráigame una buena tabla de cedro, pero que sea rosado” . Nunca alcancé a llevarle la tabla que me habían regalado en un campo de Escuque; pues un día del año 2006, recibí la infausta noticia de que un grupo de antisociales, habían matado cruelmente al hombre del anillo, en el interior de su propia vivienda en Carvajal.
El hombre del anillo, vivía solo, tenía un perrito de esos que llamamos guines, y algunas gallinas con su gallo, sueltas en el patio. No tenia casi mobiliario domestico, le alcancé a ver una camita individual metálica donde dormía, un par de silletas de madera y cuero y una mesa de madera donde exhibía sus pequeñas esculturas en una salita donde también guindaba sus cuadros para venderlos.
En una oportunidad, me mostró con mucho orgullo una libreta militar casi deshecha, era la constancia de haber prestado servicio militar en un batallón del Ejército en el Estado Táchira, donde me dijo haberse desempeñado como enfermero. “se la muestro a usted porque es mi amigo, yo casi no se la muestro a nadie”
Para hablar con el hombre del anillo, era necesario tocarle bien la puerta, y decirle desde afuera quien lo solicitaba, pues por razones personales acostumbraba por la “endija” de la puerta echarse candado por fuera, para que creyeran que no estaba.
El Hombre del anillo, también fue un creador poético, de tendencia filosófica. Un buen día me sorprendió con un regalo: una poesía llevada a la pintura: su titulo: “Llantos i Lamentos”.
Su texto: “Los lamentos no despiertan a los muertos de su eterno i profundo sueño porqué todo en este mundo no es nómas qué fantasías i engaños en que vivimos los seres humanos”
EXPOSICIONES INDIVIDUALES:
1965: Galería el Techo de la Ballena. Caracas.
1967: Galería XX2.
1968: Galería Ángel Boscán.
1968: Galería de la Universidad Central de Venezuela. Caracas.
1970: Ateneo de Caracas
1970: Galería Salamandra. Caracas.
1970: Galería la Otra Banda. Mérida.
1972: Galería Gaudy.
1975: Galería Sala Ocre. Caracas.
1977: Galería Sala Ocre. Caracas.
1979: Galería de Artes Visuales de La Universidad del Zulia.
1983: Galería La Cayapa. Caracas.
1987: Museo Popular de Petare “Bárbaro Rivas”. Caracas.
PREMIOS:
1985. Premio CONAC. VI Salón de Arte Popular. Fundarte. Casa Guipuzcoana. La Guaira. Estado Vargas.
1994: Premio Bárbaro Rivas, IV Bienal Bárbaro Rivas.
1998: Premio Nacional de Cultura Popular. Caracas.